Para aprovechar más este
finde fuera de casa, marché ya el viernes a hacer noche en Bilbao.
Tras pinchar dos ruedas, con el miedo en el cuerpo por si pinchaba
una tercera vez, el sábado llegaba a Ampuero. Después de las
inscripciones se empezaron a formar grupos para ir a remar a un río
u otro, ya que este año, a diferencia del pasado, había agua por
todas partes. Yo decidí ir al Gándara con Jorge, Iker, Edu,
Paulo..., que iba muy bien de agua. Remamos como siempre bajo la
lluvia y con algo de frío, pero también, como siempre, nos lo
pasamos como enanos! Al volver al albergue donde dormiríamos esa
noche, me esperaba en el coche un caldo calentito, rico rico, que
después de pasar algo de frío entró solo (muchas gracias tita). Ya
de noche, tras pasar media tarde contando y escuchando lo ocurrido en
los distintos ríos, fuimos a cenar todos juntos. Cuando acabó la
cena dio comienzo el sorteo de regalos para todos los participantes.
Este año hubo suerte, me tocó un libro llamado “Los collados del
Asón”, un libro que te trasmite ganas de volver a ese precioso
valle cántabro. Al día siguiente, tras almorzar, fuimos a Ramales
de la Victoria, el pueblo en el que se encuentra el “paso del Oso”,
donde tiene lugar la competición. Este año daba gusto ver este
paso, con mucha agua, escasamente se veían las piedras. Una vez
acabó la competición, fuimos a la plaza de Ampuero, donde se
realiza la entrega de premios. Siempre nos invitan a una alubiada
tras la entrega y este año no fue menos, pero decidimos no quedarnos
a comer ya que se hizo algo tarde y había que volver: cada mochuelo
a su olivo. Yo fui a Bilbao a hacer noche con la familia y al día
siguiente para casa, que se ha pasado el largo finde sin
enterarnos...
Solo decir que como
siempre un 10 a la organización, muchas gracias a todos los que lo
hacen posible y en especial a Javi e Iker, unos pedazo de currantes y
mejor personas que nos hacen sentir como en casa año tras año.
No hay comentarios:
Publicar un comentario